La religión
nos dice que el alma es sagrada, es infinita, es inmortal.
La ciencia
nos dice que el pensamiento racional es lo que nos distingue de los animales. La
mente nos permite vivir como seres humanos.
El sentido
común me dice que en la mente, en el alma, radica la identidad. Y hoy he recordado
que la identidad se puede perder con una facilidad que sorprendería a monjes,
religiosos, científicos y místicos.
Hoy he visto
estas imágenes, serie de autorretratos de William Utermholen, antes y después
del diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer.
El arte es el alma, la mente, es
el espíritu del Artista. Cuando el arte se olvida, cuando se diluye la
identidad, no queda nada. Absolutamente nada del Artista.
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